Maruja Esteve nos recibe en la sala “espacio saludable” de Ca’n Granada, mientras interpreta unas notas al piano, una de sus grandes pasiones. Maruja pertenece a la primera generación de residentes del complejo y desde 2010 vive independientemente en uno de los 51 apartamentos de Ca’n Granada.
A sus 93 años, esta vecina del complejo está “encantada con la reforma de la zona de comedor”, pero al margen de lugares concretos, Maruja nos hace una aclaración importante: “a mi edad es un privilegio estar en un sitio tan bonito y con tantos servicios y actividades como Ca’n Granada”.
La música es una de las debilidades de esta vecina, pero solo es una de tantas. “Cada día salgo a caminar una media hora, creo que este verano no he fallado ni un día”, relata Esteve, que nos explica cómo disfruta realizando a menudo otras actividades de puertas para adentro. Entre las que propone el complejo, Maruja se inclina claramente por “aquellas que tienen que ver con el entrenamiento de la memoria”.
Pero si hay algo que aporta tranquilidad a los residentes y familiares de Ca’n Granada es su servicio permanente de atención sanitaria. Maruja comenta por qué: “este invierno he padecido algunos problemas de bronquios y me he sentido muy, muy atendida por la doctora Karina y el equipo de enfermeras de Ca’n Granada. Ya estoy curada, pero me revisan y controlan para ver qué puedo necesitar y eso supone una gran tranquilidad para mí”.
Sus hobbies van desde la lectura, Maruja nos detalla que ha sido una devoradora de libros y que le encanta hacer puzles de 300 o de 500 piezas. La jardinería es otra de sus actividades predilectas y en estos momentos se entretiene cuidando de una serie de orquídeas que hay en el comedor de Ca’n Granada. “Las cogí cuando estaban muy mal pero creo que las resucitaré. Hace nada estuve en una tienda especializada para ver cómo crecen los nuevos brotes en estas plantas y tenerlo en cuenta”, afirma Maruja.
La vida lejos de Ca’n Granada también ocupa una parte importante en su día a día y, por ejemplo, por lo menos una vez a la semana sale a comer con sus amigas íntimas. “Tengo la suerte de tener muy buenas amigas, mucho más jóvenes que yo”, añade Esteve orgullosa. En otras ocasiones cena fuera con algún familiar y eso la mantiene muy activa. La actividad deportiva también forma parte de las rutinas de esta vecina del complejo, que durante todo el año practica natación unas dos veces por semana, un deporte que ha realizado toda su vida. “Me recoge una amiga y nos vamos a la piscina de Son Moix donde solemos hacer unas dieciocho piscinas”, apunta Esteve.