El taller de memoria en Ca’n Granada es todo un éxito

“Noto mi mente más ligera y despejada”, asegura una de sus residentes

Ca’n Granada es un complejo residencial de 51 apartamentos que ha sido concebido pensando en el confort, la vida y el cuidado saludable y el bienestar de sus vecinos. Entre los equipamientos y servicios de primer nivel que ofrece a sus residentes (control médico y enfermería, comedor y room-service o limpieza profesional diaria de la vivienda, entre otros) destacan sus actividades dirigidas como son el canto, baile, pilates, ejercicio físico etc. Una de ella destaca entre las demás por el nivel de seguimiento y entusiasmo de sus participantes: el taller de entrenamiento de la memoria que tiene como objetivo paliar el deterioro cognitivo normal que se produce con la edad.

“Realizamos una sesión semanal de una hora que se desarrolla todos los martes, de 11:30 a 12:30”, señala la responsable del taller, Beatriz Palomar. Esta pedagoga, con más de 20 años de experiencia a sus espaldas, reconoce que la iniciativa “está teniendo tanto éxito entre los residentes de Ca’n Granada que han solicitado una mayor dedicación horaria en la ya amplia agenda de actividades semanal”. Palomar explica el motivo por el cuál esta actividad tiene tanta aceptación entre los asistentes: “Además de ejercitar toda la parte cognitiva y de funciones ejecutivas del cerebro, lo hacemos de una forma muy dinámica y los presentes se divierten mucho y se lo pasan francamente bien. Los usuarios asistentes al taller intervienen durante todo el tiempo mediante juegos participativos y así se cumple el objetivo de la actividad, que sean sujetos activos y no pasivos que ejercitan su mente durante la sesión”.

Salvo algunas actividades que son fijas en cada sesión y que se han convertido en “rutinas sagradas a petición de los residentes”, como aclara Beatriz, cada semana suele plantearse de forma diferente y flexible para no caer en la monotonía. “Dependiendo de cómo los vea al inicio, cómo de receptivos se muestran, oriento el taller de una y otra forma, buscando estimular aquello que más necesitan. Por ejemplo, con la llegada de la primavera, que a todos nos cuesta activarnos y estamos más decaídos, procuramos realizar unas dinámicas que se acomoden a sus sensaciones. Aquí reside también el éxito que está teniendo este taller, nunca forzamos el mecanismo y nos adaptamos al estado de los participantes”, concluye para responsable de la actividad.

Beatriz Palomar afirma que “se nota una clara evolución en los ejercicios de velocidad de procesamiento de los residentes si comparamos desde el principio del taller, que arrancó hace un año aproximadamente, hasta hoy”. Esta pedagoga ha constatado cómo ha incrementado “la velocidad con la que su cerebro recibe la información, la analiza y emite una respuesta, reduciéndose el tiempo de latencia. Es impresionante”.