“Estoy tan bien en Ca’n Granada que si el próximo invierno lo necesito, regresaré durante un tiempo”

Maria se recupera de una convalecencia viviendo a su aire con total independencia

Visitamos a Maria Margalef en su apartamento de Ca’n Granada y desde el primer instante percibimos que se trataba de una persona activa, con inquietudes, gran enamorada del arte y muy despierta intelectualmente. Le viene de familia porque el primo de su padre fue Ramón Margalef, el primer catedrático de Ecología de España y toda una autoridad internacional en la materia.

Maria, que está concluyendo su estancia temporal en el complejo sanitario-residencial con motivo de una convalecencia, nos explica cómo conoció Ca’n Granada: “Resbalé un día de lluvia y al apoyarme en el brazo para no hacerme daño en la cabeza, me rompí el radio. Como era el brazo derecho me sentía muy limitada y estaba muy preocupada porque mi hija no podía estar pendiente de mí todo el día, entre su trabajo y la familia. Al hablarlo con mi doctora, me recomendó Ca’n Granada y vinimos a conocerlo. Y aquí estoy, encantada, hasta dentro de unos días que regreso a casa con el alta”.

Margalef, que alterna su estancia en su casa de Santa Ponsa con sus residencia habitual en Barcelona, de dónde es originaria, detalla por qué no se lo pensó dos veces y decidió alojarse en uno de los apartamentos del complejo, mientras se recuperaba de su lesión: “Me gustó mucho porque son muy atentos, los apartamentos son grandes, existe una total libertad a la hora de entrar y salir”. Este último aspecto es muy importante para Maria, puesto que toda su vida ha sido muy ajetreada: “Estoy acostumbrada a vivir en Barcelona, con mucho movimiento en el trabajo que desempeñé y necesitaba un lugar que me permitiera conservar mi estilo de vida, como Ca’n Granada”.

Margalef, que se dedicó al mundo de las artes plásticas llevando y trayendo a artistas nacionales e internacionales a ciudades como París, Madrid o Barcelona, alterna largas temporadas viviendo en Barcelona con otras residiendo en Mallorca, junto a su hija y su familia. “Me encanta la isla, su gente, su gastronomía, recorrer sus pueblos… Lo conocemos todo y es una maravilla”. La catalana, que no puede esconder su pasión por la pintura, ha personalizado su apartamento con diferentes cuadros entre los que se encuentra un retrato suyo al que le guarda un especial cariño.